lunes, 15 de junio de 2009

Día 17

Lunes, Monday, Montag. En ningún idioma suena bien. Me levanté a repetir la rutina de hacer lo mejor que me puedo hacer de desayunar. Después revisé mi correo, y regrese un rato a dormir al cuarto, haber si paraba de llover para cuando tenía que ir a clases. Nuestro maestro regresó. Excelente noticia. A su esposa se le había movido un nervio por cargar a su bebé de 6 meses y no podía mover los brazos, pero ya todo está bien. En la clase hablamos de las personas que no tienen donde vivir. Después fui con Stephan a comer al comedor de estudiantes. Ensalada. De regreso fuimos a ver si habían ido a jugar futbol, por que los lunes siempre van, a menos de que el clima amerite quedarse en casa. No estaba casi lloviendo pero como quiera no fuimos. Aprovechamos para ir a una tienda a comprar un balón de basquetbol por que resulta que también a Stephan le gusta jugar. Regresamos a las residencias para reclutar gente para jugar y cambiarnos. Jugamos bajo la lluvia como dos horas. En realidad hay hasta multiculturalidad hasta en el deporte. Jugamos cuatro personas, yo, de México, Stephan, de España, Luca, de Italia, y un islandés cuyo nombre nunca pude recordar. Regresé a bañarme por que de nuevo llegué empapado y a lavar mi pesquero blanco que quedó beige. Cuando salí quería ir por una cerveza pero eran las 8:57 y el supermercado cierra a las 9. Qué mala costumbre tienen los alemanes de cerrar temprano o simplemente de no abrir. Regresé a la sala común y estuve ahí un rato. Día tranquilo. Algo cansado por el basquetbol, parece que mañana se repetirá. Bis Bald.

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